Miro por mi ventana. Paredón de medianera.
Pedazo de cielo azul como de postal coloreada. Cierro los ojos y siento el aire fresco.
Hace calor, es cierto…
Hace calor, es cierto…
Pero la brisa calma esa sensación agobiante… Y el celeste rabioso derriba los ladrillos…
Mi hemisferio izquierdo me encadena…
Es como la medianera…
Límite concreto que separa y divide…
Pero cuento con el cielo azul
de mi hemisferio derecho… 
Cierro los ojos y dejo que me guíe…
Y me voy donde vos estás…
Y me voy donde vos estás…
No te conozco, es cierto…
No sé de tus detalles y estadísticas…
No podría completar el formulario
de fechas y sucesos de tu vida…
es verdad…
Me niego a creer que de eso se trate,
sin embargo…
Me bastaría con ver tu sonrisa
alegre o triste, inquieta o calma…
Encontrarme con tus pupilas,
ventanitas que me conecten con tu alma…
Intentaría reconstruirte en las palabras
de los textos que elegiste…
En las formas y colores de las imágenes…
Como un collage vivo y dinámico…
O me sentaría en silencio, simplemente,
Y te invitaría a acompañarme
a contar las baldosas
o a seguir la trayectoria de las hormigas…
O podríamos mirar el cielo
y jugar con las formas de las nubes…
Te preguntaría cosas importantes… Cuál es tu comida favorita…
Qué te da miedo…
Si tenés cosquillas…
Qué sabores de helado elegirías…
O cómo se resucita en lavandas…
Y si tus ojos fueran transparentes
y tu sonrisa te iluminara,
te pediría “¿Querés ser mi amigo?”
(Pero de esos de en serio que no se borran,
que son de fierro, que se la bancan)
Y podríamos mirar el cielo muchas veces…
Y confundir nuestras carcajadas…
Y sonarnos los mocos y las lágrimas
y compartir secretos y quimeras
o alguna esperanza…
Podría contarte mi nuevo descubrimiento…
La inercia me mata…
No quiero una vida inerte,
No quiero vínculos inertes, 
rutinas que me lleven y traigan
mientras el tiempo me devora
mecánicamente sin prisa y sin pausa…
Quiero amaneceres nuevos...
Estrellas recién paridas cada vez
Sentimientos intenso, profundos, verdaderos...
Respuestas que vayan gestándose
y naciendo originales sin miedo a equivocarme…
No quiero recetas ni preceptos,
ni rincón en penitencia
ni tener que hacer méritos
para que me acepten o me quieran...
No quiero modelos a imitar…
ni esconder lo que soy…
No quiero golpear puertas ni mendigar, ni rendir cuentas ni exámenes para calificar,
ni tomar a las personas o que me tomen
como una propiedad…
Quiero la paz de caminar
dueña de mis pasos,
no importa en qué vereda…
Quiero moverme en la luz
y llamar a las cosas por su nombre
sin sentir miedo ni vergüenza
por mis sentimientos, por mis dudas,
por mis luces y sombras…
(Esto lo publiqué en mi página de Netlog el sábado, 6 de diciembre del 2008 a las 21:12 y está en: http://es.netlog.com/mumycronopio/blog/blogid=2174782#blog)
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