Sobre acompañarse a la distancia

¿Cómo es esto de la distancia? Medimos en km el espacio que separa la ciudad en la que vivimos de otra ciudad, y estimamos que queda "cerca" o "lejos", cierto. O sea que es algo relativo al punto que tomemos como referencia...
Más allá de las especulaciones, a veces sabemos a alguien "lejos", tan lejos como que nos resulta materialmente imposible acercarnos o que el otro se acerque, porque no contamos con el dinero suficiente para los pasajes, porque no contamos con el tiempo suficiente para poder trasladarnos, porque somos responsables de las obligaciones que fuimos contrayendo y no podemos así como así tomarnos el palo y dejar todo colgado... Aunque quisiéramos estar cerca en los momentos fuertes, en los difíciles o compartiendo alegrías, estiramos la mano y no llegamos, nuestro brazo no puede atravesar el océano ni podemos cruzarlo... Sin embargo no es lo único que experimentamos. Esta sensación se mezcla con una antagónica... La de esa curiosa cercanía, de esa proximidad que nos conmueve, nuestros pensamientos vuelan y podemos encontrarnos a pesar de todo, nuestro corazón puede sintonizar cuando nos leemos en nuestras expresiones, cuando escuchamos una misma canción, a la distancia, como si nuestras manos pudieran enlazarse y de hecho sí fuera posible acompañarnos... (la verdad, Roby es que yo tampoco sé cómo se hace, no hay recetas y mirá que llevamos tiempo comunicándonos... Estaba charlando con vos cuando supe que sería nonna por segunda vez ¿te acordás? Y Juan Ignacio ya cumple tres años... :-) estamos en medio de uno de los tantos misterios, intentando crecer cada uno en su lugar y su circunstancia, sin embargo yo creo que sí estamos pudiendo acompañarnos...♥)