Sobre los diálogus interrumptus

Para monólogo ya está uno, que bastante complicación tiene a veces para conectarse con uno mismo...

Para dialogar se necesita la voluntad de las dos partes, la disponibilidad de ambos, la apertura, el propósito, el deseo de comunicarse de l@s dos...

Cuando uno no quiere. dos no pueden... es cierto...

Y la posibilidad de diálogo queda interrumpida por más ansias y deseos que aniden en uno de los corazones... Por más puentes que se tiendan, por más señales que se lancen en busca del diálogo... Impotencia... Tristeza... Amargura... Desconsuelo... Sensación de puertas herméticamente cerradas en nuestras narices, quedarnos afuera... Sin embargo, nada podemos hacer por forzar lo que debe producirse libre y voluntariamente...

Las decisiones son personales... Lo importante es mantener la voluntad, el propósito, la actitud de diálogo... no cerrar el corazón y seguir creyendo que es una posibilidad que existe gracias a la coincidencia, a pesar de los diálogus interruptus que vayamos viviendo en el camino...