sábado, mayo 15, 2010

Con Pichi

Con Pichi podíamos sentarnos a escuchar a Annie Lennox como a Peteco y Coplanacu... Tomar mate con pan casero, hacer empanadas y disfrutarlas o mandarnos SU lasagna con borgoña... Le gustaban las pelis de terror y las de Batte Davis y Joanne Crawford, sus "malas" predilectas... Tenía un carácter de los mil demonios ;-) Y para algunas cosas era muy muy muy rompepelotas... Cuidaba a su gata Rigoberta, la niña de sus ojos... y la consentía hasta en lo mínimo...
Los sábados salíamos a comprar las cosas para la semana, nos caminábamos a la zona comercial del barrio, charlando animadamente... "No mires a la derecha", "Mejor doblemos aquí""Cuando te diga AHORA, cruzamos" :D Uy uy uy... cuando no quería encontrarse con alguien era INAGUANTABLE...
Los días en que la entrada de cine salía la mitad de precio, pasaba a bucarme a la hora en que tenía un huequito sin alumnos... ¡Qué disperso!¿Qué ganas de acogotarlo cuando se aburría con la peli!... "¿Habré apagado el gas?""¿Qué hora será?""¿La Rigo habrá quedado encerrada?""¿Cuánto faltará para que termine este bodrio?""¿Se habrá levantado viento?":D
Cada entrega de boletines, llevábamos a los chicos a comer pizza de pizzería, no la de la mamma, para"festejar"...
Podía verlo aparecer en la siesta del Domingo... -"¿Tomamos mate?"-"¿Pero no hay gente en tu casa, mirando un video?"-"Justamente, les dejé todo lo necesario a mano, los invasores me cansan"...
A veces abría la puerta de la entrada o la del costado, para salir a comprar o a limpiar afuera y me encontraba sus papelitos de colores... Esos que me dejaba cuando pasaba camino a hacer sus cosas, dándome el parte del día o compartiendo aluna idea peregrina de última hora... Los tengo en alguna parte... En el corazón, sin dudas...
El teléfono sonaba de noche, tarde... "¿Tienes mate?¿Tienes café?¿Tienes puchos?¿Qué llevo? ¿Puedo ir a ver una película ahí, no quiero verla solo"
Cuando se mudó a Buenos Aires, la vida se trasladó a las cartas, a las llamadas telefónicas... De repente alguna urgencia se presentaba... "¿Puedes venir?" Tal vez no era posible, sin embargo todo se acomodaba como mágicamente y en un abrir y cerrar de ojos estaba haciendo los 1200 km para reencontrarnos y compartir esa etapa...
Interminables charlas, reflexiones, discusiones fuertes (¡qué jodido, m'hijo!), la vida compartida en lo pequeño... Muchas dudas volcadas sobre la mesa, sin temor, sin sentir vergüenza... Y el tema de la muerte apareciendo cada tanto... "¿Cómo será morirse?¿Qué se sentirá?¿Conservaremos la memoria?"
Mi compañero existencial... Necesitaba saberlo, más allá de las especulaciones de los creyentes de diversas confesiones religiosas, más allá de la doctrina y las Homilías y sermones que él mismo conocía tan bien... ESTAR LÚCIDO todo-el-tiempo, decidir en cada momento, saber paso a paso a qué atenerse, qué poder esperar en cada instante, conocer a qué íría a enfrentarse...
Era bueno ese ejercico de despojo frente al misterio, desnudos de prejuicios, vulnerables mortales tocando su esencia de hojitas al viento...
Pero él se fue primero... Mantuvo en silencio su diagnóstico y decidió no someterse al tratamiento...-"¿Cómo estás?" -"Mal. Estoy harto. Van a internarme para hacerme unas cosas" -"¿Tenés miedo?"-"Sí" -"¿Miedo de que sea lo mismo que Mario?" ."Sí"-"¿Querés que viaje Pichi?"-"No"-"¿Estás seguro?"-"Sí"-"Yo no sé qué decirte, tengo sólo lo que me diría a mi misma, eso lo sabés, que nadie puede enfrentar el dolor y la muerte por uno... Lo único que sé es que te quiero mucho y estoy con vos..."-"Lo sé. No te olvides que los quiero mucho"...
Y yo lo respeté... Me quedé con los papelitos de colores..., con sus expresiones ("Estos imbéciles...", "Vos sábes que...""Denle soga que se ahorcan solos", "La verdad es hija del tiempo"), la música, las chrlas, las carcajadas... Nuestros acuerdos "Cuando yo esté de malhumor o no tenga ganas de ver a nadie ni hablar, voy a decírtelo claramente y vos no vas a ofenderte y cuando vos sientas lo mismo me vas a decir y yo lo voy a respetar"
Y con su camisa a cuadros azul que me pongo en días como éste en que me visitan los recuerdos...

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