viernes, abril 03, 2009

Sobre el tratamiento de la basura

Desde el nivel de organización más simple, los seres vivos cuentan con mecanismos necesarios para eliminar aquello que no les es útil...
La "basura" es parte de la vida cotidiana... Sin embargo no siempre se parte de la aceptación de esta realidad...A veces la basura produce "cosita", molesta, quema en las manos... Vas caminando por la calle y no es raro que veas a alguno tirando un bollito de papel, algún envoltorio, una colilla de cigarrillo en cualquier parte, porque NO PUEDE ESPERAR A LLEGAR A SU CASA A TIRARLO... Hmmm... Y como sucede con esto, más de una vez sentimos el impulso de echar nuestra basurita interna a algún patio ajeno... Uy uy uy...
¡Qué distinto se hace todo cuando cada quien se hace cargo del tratamiento de la propia basura!;-)

3 comentarios:

ELENA dijo...

Adhiero totalmente a los conceptos expresados en este ensayo, y muy particularmente los referidos a la basurita interna de c/u de nosotros......¡MUY INTERESANTE SU POSTURA!

YAISA dijo...

LA BASURA: la que dejamos en el inodoro, y la que dejamos producto de lo que consumimos, porque creo que ni siquiera se las tiene en cuenta... total se tira!!!

jejejee

YAISA dijo...

TIENDA DE LA VERDAD







El hombre caminaba paseando por aquellas callecitas de la ciudad provinciana. Tenía tiempo y entonces se detenía algunos instantes en cada vitrina, en cada negocio, en cada plaza.

Al dar vuelta una esquina se encontró de pronto frente a un modesto local cuya marquesina estaba en blanco; intrigado se acercó a la vitrina y arrimó la cara al cristal para poder mirar dentro del oscuro escaparate, en el interior solamente se veía un atril que sostenía un cartelito escrito a mano que anunciaba:
«Tienda de la verdad».

El hombre estaba sorprendido. Pensó que era un nombre de fantasía, pero no pudo imaginar qué vendían. Entró. Se acercó a la señorita que estaba en el primer mostrador y preguntó:

-Perdón, ¿ésta es la tienda de la verdad?

-Sí, señor, ¿qué tipo de verdad anda buscando: verdad parcial, verdad relativa, verdad estadística, verdad completa?

Así que aquí vendían verdad. Nunca se había imaginado que esto era posible, llegar a un lugar y llevarse la verdad, era maravilloso.

-Verdad completa -contestó el hombre sin dudarlo. Estoy tan cansado de mentiras y de falsificaciones, pensó, no quiero más generalizaciones ni justificaciones, engaños ni defraudaciones.

-¡Verdad plena! - ratificó.

-Bien, señor, sígame.

La señorita acompañó al cliente a otro sector y señalando a un vendedor de rostro adusto, le dijo:

-El señor lo va a atender.

El vendedor se acercó y esperó que el hombre hablara.

-Vengo a comprar la verdad completa.

-Ajá, perdón, ¿el señor sabe el precio?

-No, ¿cuál es? -contestó rutinariamente. En realidad, él sabía que estaba dispuesto a pagar lo que fuera por toda la verdad.

-Si usted se la lleva - dijo el vendedor -el precio es que nunca más podrá estar en paz.

Un frío corrió por la espalda del hombre, nunca se había imaginado que el precio fuera tan grande.

-Gra...gracias, disculpe... -balbuceó.

Se dio vuelta y salió del negocio mirando el piso.

Se sintió un poco triste al darse cuenta de que todavía no estaba preparado para la verdad absoluta, de que todavía necesitaba algunas mentiras donde encontrar descanso, algunos mitos e idealizaciones en los cuales refugiarse, algunas justificaciones para no tener que enfrentarse consigo mismo.

-Quizá más adelante, -pensó.