viernes, junio 12, 2009


Si pudiésemos llegar al último instante como esos patriarcas que congregan para impartir las últimas instrucciones o dejar sus bendiciones finales... O como algún personaje de ficción que pide perdón por sus fechorías pasadas cuando olfatea la proximidad de la guadaña...
Pero no... No sabemos cuándo ni cómo... Y que nadie muere en la víspera, es cierto...
¿Qué tal vivir plenamente, siendo coherentes, estando-conectados-a-la-fuente-de-vida? Hmmmm... para que sea un "paso", una transformación... Para no sentirnos como el Iván Ilich de Tolstoi («¿Y si toda mi vida, mi vida consciente, ha sido de hecho lo que no debía ser?») Chuuuuuuuuuuuuuuuuu...

No hay comentarios: