Semillas Mataderenses 1

Cada lugar tiene sus frutas típicas...
Mis hijos criados en Neuquen, no pueden separarse de las manzanas, por ejemplo...
En la casa de Núñez con abuela Carmen solíamos comer bananas. El abuelo papi pelaba las uvas una por una y les quitaba las semillas...
Pero en Mataderos era diferente...
Los zaguanes de las siestas calientes y las caídas del sol "antes de entrar a bañarse" nos sorprendían tajeando sandía y llenándonos la boca de líquido azucarado y de risas, enmelados, en patas, cuchicheando nuestras cosas en voz bajita...
Los pibes de Mataderos solíamos comer higos tibios lanzados por los más grandes, encaramados en las higueras...
Y uvas de los parrales que servían de reparo, refrescando los patios y los fondos...
Por las mañanas quedaban los restos de los cabitos y las semillas prolijamente dispuestos en los vasos...
Pero la sandía era sin duda, la reina del verano, aún con algunas historias truculentas de las mezclas con vino...
Y en invierno... mandarinas... Pibes moquillentos del frío con manos terrosas de jugar echados en el piso, rodillas peladas, estornudos y toses pero perfume a mandarinas en los dedos, en la piel, en la boca...